#EscritoresEspañoles
Nunca lo he visto antes, pero conozco a ese hombre. (Si me acercase, distinguiría en sus ojos
Tienes veinte años, tienes a la vida por el cuello a tu merced; pero no es suficiente,
Como a veces nos viene a la memoria algo sin importancia que dejamos para el día siguiente
Alegra esa cara, hombre —dicen, dándote una palmadita en la espalda–, hay que ser más
Es lo que tiene, el amor: empiezas siendo el galán protagonista
Lentos por las aceras, inmóviles en las repisas, aovillados
Te veía llegar, cruzar la puerta, darme un besazo en el morro, mirarme a los ojos
Como el viento que encuentra una rendija y se cuela en la habitación y lo desordena todo libros
Mi mujer y mi hija, estas paredes y estos libros, un puñado de amigos que me quieren —y a los que quiero de verdad—,
Uno siempre espera que suceda algo, que algo bueno suceda, algo que le dé un giro brusco, un empujón, un bandazo
A veces —cuando observa en los bares la sana desvergüenza de los jóvene… los rescoldos de una oscura pasión avivan su mir…
Vencido, una vez más. Por el amor… el odio, o por la vida que no hace concesiones ni da treguas. Aquí, en la esquina de un siglo
Las primeras tienen su cosa, es cierto. Otra vez con el trago en la mano, uno se siente a gusto de sentirse tan mal, de tener ese cuerpo,
Llora cuanto quieras sobre mi hombro, desahógate, cuenta conmigo para lo que haga falta.
Un simple comentario a destiempo, sin ninguna intención.