#EscritoresEspañoles
No es que moleste en sí, pero cuesta acostumbrarse. Eso de que vayas por ahí
Vencido, una vez más. Por el amor… el odio, o por la vida que no hace concesiones ni da treguas. Aquí, en la esquina de un siglo
Gente exhausta, con la vista clavada en el suelo,
Un paquete de tabaco, un libro de poemas, cuarenta duros para tomar unas cervezas... Poca cosa, es verdad:
Mujeres como tú son las que consiguen que se declaren las guerras y que algún general
De aquí a un tiempo, puede que llegue a ser como vivir
Ya poseemos casi todo lo que nos iba a hacer felices. Puede decirse
Uno siempre espera que suceda algo, que algo bueno suceda, algo que le dé un giro brusco, un empujón, un bandazo
Nunca lo he visto antes, pero conozco a ese hombre. (Si me acercase, distinguiría en sus ojos
Mi mujer y mi hija, estas paredes y estos libros, un puñado de amigos que me quieren —y a los que quiero de verdad—,
Como el viento que encuentra una rendija y se cuela en la habitación y lo desordena todo libros
A veces —cuando observa en los bares la sana desvergüenza de los jóvene… los rescoldos de una oscura pasión avivan su mir…
Alegra esa cara, hombre —dicen, dándote una palmadita en la espalda–, hay que ser más
En todas las ciudades que he pisado me ha parecido verte: un autobús que arranca y que no cojo,
Sale de la marquesina y mira hacia la izquierda; vuelve y reinicia su pequeño “claqueteo” nervioso. No aguanta más, se muere, necesita