#Españoles
Llegan y se van sin hacer ruido —como buenos clientes—, luego el tiempo los confunde
Las primeras tienen su cosa, es cierto. Otra vez con el trago en la mano, uno se siente a gusto de sentirse tan mal, de tener ese cuerpo,
Mi mujer y mi hija, estas paredes y estos libros, un puñado de amigos que me quieren —y a los que quiero de verdad—,
No es que moleste en sí, pero cuesta acostumbrarse. Eso de que vayas por ahí
La radio está encendida. Suena la pedorreta de una moto
Como el viento que encuentra una rendija y se cuela en la habitación y lo desordena todo libros
A veces —cuando observa en los bares la sana desvergüenza de los jóvene… los rescoldos de una oscura pasión avivan su mir…
Gente exhausta, con la vista clavada en el suelo,
Es inútil buscarlo. Cuando menos lo esperas, aparece en un bar. Y ya nada es igual en adelante. Un día tocas los dientes de la gloria,
Nunca lo he visto antes, pero conozco a ese hombre. (Si me acercase, distinguiría en sus ojos
Un simple comentario a destiempo, sin ninguna intención.
El último salvavidas al que suelo agarrarme en estos casos, el teléfono, hoy tampoco me sirve.
De aquí a un tiempo, puede que llegue a ser como vivir
Lentos por las aceras, inmóviles en las repisas, aovillados
Con los días contados, chaval, así vivimos todos. Esperando a que nos tachen de la lista. Distrayendo