#EscritoresEspañoles
De aquí a un tiempo, puede que llegue a ser como vivir
Mi mujer y mi hija, estas paredes y estos libros, un puñado de amigos que me quieren —y a los que quiero de verdad—,
Hace unos minutos que ha recibido la llamada, y desde entonces no ha soltado el… Qué tristes son las lágrimas de un viejo,
Alegra esa cara, hombre —dicen, dándote una palmadita en la espalda–, hay que ser más
No es el de la niñez, aquellas mañanas de diciembre, a lo largo del río, hacia el colegio. Ni se trata tampoco de aquel otro
El futuro es vuestro, chavales, decían, como quien te dice que te ha tocado algo,
Cosas de la edad, supongo: te da por mirar atrás,
Llora cuanto quieras sobre mi hombro, desahógate, cuenta conmigo para lo que haga falta.
Lentos por las aceras, inmóviles en las repisas, aovillados
Mujeres como tú son las que consiguen que se declaren las guerras y que algún general
Nunca lo he visto antes, pero conozco a ese hombre. (Si me acercase, distinguiría en sus ojos
A veces —cuando observa en los bares la sana desvergüenza de los jóvene… los rescoldos de una oscura pasión avivan su mir…
Sale de la marquesina y mira hacia la izquierda; vuelve y reinicia su pequeño “claqueteo” nervioso. No aguanta más, se muere, necesita
Tendría alrededor de ochenta años, estaba atascada en un semáforo, como un barquito de vela bajo la tormenta,
Cuídate mucho de los que sólo miran, de los que siempre están detrás, de esos a los que nunca