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Cuando llame, respóndeme...

(Evocación esencial libre del Salmo 4 de David et al.)

Cuando llame, respóndeme, ¡oh Dios salvador!
En mi angustia yo espero tu respaldo,
compadécete, escucha mi oración.
 
Hombres,
¿hasta cuándo sabré de sus insultos?
Entre sus labios aflora la mentira,
pero distingue Dios al que le sigue
y Él me escucha las veces que le llamo.
 
Temblad, temed, mas no pequéis...
Abierto entero el corazón, callad,
confiad en Dios: su rostro nos alumbra...
 
En paz me acostaré y en paz me dormiré
porque Tú, porque Tú solo, me das seguridad.

Del libro Los cantos sagrados

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