Poema de adolescencia
41 En este mundo traedor nada es barato ni caro, todo es según el grosor del bolso con que has comprado
Jardines y jardincillos... Un astro rojiamarillo salta la verja
Mi padre era un hombre terrible. Hasta lo peor medró en su boca. Me llevó a pensar a punto y lugar donde se piensa: En las barbas de un hombre se ocul…
Contamos las historias, las edades… porque desembocamos en la luz, porque al compás de desiguales año… quisimos ser caballos de más brío. «Ser... o no ser...»: dilema de ex…
El aullido se adentra y fosforece punza la oscuridad (se vuelve el r… el aullido luminoso y estridente el aullido Rompe el cerco la posición del pie
Sobre la tarde cayéndose, sobre la noche naciéndose, de pie, sobre una colina, hay un hombre. Rostro duro y cuasi cuadrado,
Un soldado de España caminaba por la espesura de las tres montañ… Se extravió extrañamente... y del… le cerraron el paso unas ciguapas. «¿Quiénes sois?», preguntó, pues l…
Si hoy tuviera el día alguna espera rota y te adelantaras al paso de la oca… como digo, vería así una pausa en mi soledad,…
Lanza tus rayos, clava tu tridente… arda todo tu fuego, tus teas encen… agiganten su lumbre.... ¿Cuál tu alta pasión? Sé sed, sé remolino,
Habla el árbol. Absoluto, se expresa en su lengua vegetal. Imponente se alza el árbol
La Divinidad nos constituye y nos excede. Somos divinidad por defecto y en defecto. Somos, sí; pero somos meros fragmentos de la divinidad expandida; por tanto, por razón e intuición...
El trigésimo aniversario del movimiento literario interiorista del Ateneo Insular trae, apareada, la publicación de una obra de capital importancia para las letras continentales: ...
¿Adónde fueron, jardines, quién lo… Quien los hizo caer en la impresen… desdibujó las líneas con brutal desamor. ¡Sentirnos otros haría esta vez ta…
De ese cuadrado azul cuelga una ro… Y una curva, y un arco, un infinit… (el ojo de los cíclopes los sostiene con vuelo suspendido)… La rueda de los sueños gira, gira;
Los emigrantes despiertan con el a… El sol los va guiando como una est… Cada quien lleva al cinto sus útil… sus azadas, mas el poeta no puede llevar su pl…