Mi Pequeña de Ojos Azules
Mi pequeña de ojos azules
En el mar de tus ojos azules
navegan sueños de cristal,
donde el cielo presta su brillo
y el tiempo parece no pasar.
Tu mirada es un río tranquilo
que arrulla con su claridad,
lleva en sus aguas secretos
y un amor que brilla sin parar.
Tu sonrisa, faro en la noche,
ilumina mi oscuridad,
con cada risa que regalas
se desvanece la ansiedad.
Tu cabello, oro del ocaso,
juega con el viento fugaz,
teje hebras de luz dorada
que el sol envidiaría al mar.
Hueles a bosques y a lluvia,
a gardenias en plena flor,
y en tu piel bailan aromas
que despiertan todo mi amor.
Eres hada de cuentos antiguos,
ángel de un mundo de paz,
donde elfos y mariposas
tejen versos de eternidad.
Cuando hablas, el mundo calla,
tu voz es suave canción,
una melodía que acaricia
y calma el corazón.
En tus manos guardas estrellas,
en tus pasos, mágico andar,
y en tu alma inocente y pura
late el ritmo de la verdad.
No hay tristeza que resista
al hechizo de tu existir,
pues con solo susurrar tu nombre
vuelve a nacer la felicidad.
Pequeña princesa de ensueño,
joya de luz y bondad,
en ti vive la esperanza
de un mundo mejor por soñar.
Que nunca pierdas ese brillo,
ni la esencia de tu ser,
que el viento te lleve en volando en a través del aire
y el amor te guíe hacia el bien.
Eres mi refugio y mi calma,
mi estrella en la inmensidad,
mi pequeña de ojos azules...
*eterna fuente de claridad.*
—Luis Barreda/LAB
