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Advertencia V

¡Ay de mí!...

¡Ay de mí!... que, en el recinto
de estas lóbregas paredes,
sólo acompañan mis penas
imaginaciones crueles.
¡Ay de mí!... que sin mi dueño,
y sin mis amigos fieles,
negado a luz del día,
espero solo la muerte.
¡Ay de mí!... que solitario
en aqueste oscuro albergue
soy el blanco de las iras
y del odio de las gentes.
¡Ay de mí, triste!... ¡Qué haré
si nadie me compadece!...
¡Si todos mi mal procuran,
e inhumanos me aborrecen!
¡Ay de mí, triste!... Quizás
la prenda de mis placeres,
porque me mira en desgracia,
me habrá ya olvidado aleve.
Preferido o celebrado por...
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