Loading...

Habitación universal

“La belleza se define como la manifestación sensible de la idea”.
Hegel.

... y la idea es la conjunción sintética de lo ético, lo estético y lo verdadero.
La belleza, como expresión exterior, es también bondad y verdad.
Aunque la rosa, naturalmente se marchite como todo, su belleza es imperecedera.
En este sentido la belleza de la rosa es expresión de su ser interior. En el fondo la belleza es interior.
Lo demás... son solo cuerpos vacíos, maniquíes.
La vanidad es un atentado a la belleza.
Todas las rosas se marchitan.

Me cuesta habitar-me...

¿El dolor? lo he estado escuchando, se acerca a mí, me toma de la mano y me susurra cosas. Todas ellas me hacen o dormir más, despertarme con apuro, sobrepensar, contemplar, me aleja y abstrae a veces de todo cuanto me genera felicidad y sentido.

Me ayuda habitar este dolor, me pregunto si nada anteriormente me ayudaba porque solo aprendí a verme complaciente, capaz de guardarme en un frasquito dentro de mi tembloroso corazón. Y salir, salir valiente pero desconectado, salir a enfrentarme con todo aquello que no me dio valor, con lo que me lo quitó, con personas que me enseñaron a esconderme para no incomodar, que me colocaron una cerradura en mi ser para no salir más lastimado.

Estoy habitando un dolor grande, casi un universal, que me quiere volver a entregar a los profundos y oscuros lechos de la separación entre mi alma (sentir) y mi razón (conciencia).
En sesión de terapia reconocí que eso nos ayuda a reafirmar nuestra socialización masculina, empezar por reconocernos no binarios y menos dicotómicos ayuda contra esta enajenada humanidad.
Estamos separados de lo que sentimos, se nos hace extraño, incontrolable, inexplicable. Es una gran apuesta que se jugó el patriarcado y su cónyugue el capitalismo para organizarnos a su imagen y semejanza.

Qué increíble reconocerme ausente en las sensaciones.
Yo siempre busqué la palabra, aquella explicación de todo cuanto nos ocurre nos trasciende, y claro que he podido explicarlo en el “otro”, pero cuando vuelvo a mí... me termina aplastando, haciéndome llorar, reconociéndome inestable y muy vulnerable casi tan frágil como en mis primeras horas de asunción a esta tierra.

Sueño con habitarme más, con descubrirme, pienso en lo infinito de nuestros procesos de conocimiento. Será por eso mi pasión por la duda y la investigación. Que me parece justamente sorprendente que nunca sepamos todo y cuanto de lo que nos rodea y más aún de lo que nos habita. Somos negación misma dentro de nosotros, donde creemos tenerlo todo conocido, pero llega tan pronto algo y te hace conocer o plantearte aún más dudas y una ahogadora incertidumbre.

Las dudas, la duda me mueve y me da el motor de seguir significando, dándole lugar a la incertidumbre porque justamente esa duda es la que me desestabiliza, pero ¿Qué seríamos sin ella? ¿Qué nace sin ella? Nada creo ver sin ella en mis huesos. Cada parte de mí también es una duda y esa me habita junto con lo vulnerable que podemos llegar a ser los seres humanos.

Somos sentir-pensar-hacer, no como categorías aisladas, ni tripartitas, ni delimitadas solo una totalidad más de nosotros mismos como la humanidad que nos habita y transversaliza nuestro ser.

Este texto lo escribo habitando un... ¿ser?

Liked or faved by...
Other works by Sandro Jesús Montero Rojas ...



Top