Nuestro maple
Te tuve en la beldad de mis brazos
y con la maternidad de nuestros labios
esculpimos un cuerpo;
ese cuerpo que hoy descansa en la sombra
del maple longevo.
Ayer vi sus ramas arqueadas al suelo
y al parecer acobijaban la cripta
de fúnebres recuerdos
Lloré bajo su sombra:
bajo mi sombra
bajo tu sombra
y bajo la sombra
a reposar en los humedales de sus raíces
¿Sabes?, dormí hasta los amaneceres de la muerte
Sueño a sueño fui partiendo
y nuestro maple despidió su edades al secarse;
a reducirse a Nada nuestro corto viaje.