Caricamento in corso...

Amapola

Aquella esencia rota en ponzoñosa tinta me atrapó
El ácido que derritió esta fortaleza me atrajo a la obscuridad absoluta, al petróleo insondable, al agujero negro de la tristeza auto infligida
Voraz sedujo mi corazón y se alimentó de mi tiempo. Incansable me destruyó, letra por letra, mañana por mañana, hasta que cada gota fue hecha tinta, cada dureza hecha mantequilla y cada punto blando idea caprichosa bañada en sexualidad claustrofóbica
Significancia etérea, era de nuevo el vanguardista de mi corazón acechando colérico el encuentro de esa demencia perdida ya hace tiempo, de esa limerencia fúnebre de invierno frenético
Olía desesperado pasillos, salas, plazas, cines, metros, micros, bares, camas, mesas, sillas, edificios, casas, viviendas, gente, manos, muslos, dientes, uñas, sexos, perros, gatos, buscando un recipiente, una víctima, un pobre y desafortunado vacío para vomitar su ya podrido amor, defecada obra maestras, tinta de poesía barata, el llamado sudor sofisticado. Indiscutible reconcilio con esta vida, ya vuelta sempiterna, roja execración pulsante, ante el desaforado e inconcebible aliento hermético de muerte serena, era por supuesto el increpante y violento encuentro con aquella ficción, fantasma de nombre incomprensible, figura cuya perfecta pureza intransitable solo intensificaba los gritos eclípticos, sopóricos, ente nacido de la negentropía más pura y estética, encontrado ahora solamente para ser otra vez entropía, desorden, flujo y descontrol, perdido entre el verdugo órgano bomba y el olvido eterno de la contaminada mente que bañada en el desprecio fatigador y clausurada ante la luz, alcanzaba a disipar una sombra naranja, rosada, cobriza, un cielo que seducido por el sol, se vuelve eterno, intenso, arrebol hecho vida, que por un momento parece inmarcesible pero que tiende al melifluo cantar de la inexistencia

Febril, lo admita o no, arrastrado por la violenta corriente de no-haceres, no-charlas, no-cafés, no-aquello-distinto, te engullí como serendipia.

Mastiqué rabioso hasta manchar mi sombra de pasado, y te diluí en desconexión con mis ojos húmedos.

Pues en aquel peregrinaje en busca de alguien con quién olvidar, me encontré nuevamente con aquella a quién me negaba a recordar, aquella a quién me negaba a amar.

Piaciuto o affrontato da...
Altre opere di Vicente Maturana Gálvez ...



Top