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Entrevista, pasatiempo, monotonía.

El mundo se te da en fragmentos/ en astillas.
Papasquiaro.

I
 
Arrebato de un día.
Sueño tranquilo.
Inocente, incierto.
Ventilador.
Rubia la brisa,
Azul la tarde.
El instante tan claro.
La vida sin muros.
 
ll
 
Antepuestas las manos,
En su interior el desvelo.
Breve composición agradecida.
Muy pronto las tardes vencedoras
Lentamente perderán,
Hasta encontrar, virtud del fuego,
Su último par de alas,
Andrajoso en la banqueta.
Abandonada su eternidad.
 
III
 
Que venga, tripulación,
Grupos de silencio,
Que no amanece
Que no escucha ni deja hablar
Cobarde, mudo.
Huyes hacia dentro
Y se cierra el frío.
Mejor el sueño,
Alto igual que la nada.
Mejor el olvido,
Amarrado al mar
Dónde chocan las manos.
Manos aburridas
Como perlas inútiles.
 
IV
 
Ventana sigilosa;
Horizontes frente a frente.
Tu luz, vidrio de humo
Descansa en el aire azul acero
Cierra sus olas; cielo repetido,
Acuchillado simétricamente.
Que no vengan las naves.
La vela se incendia
en todas direcciones,
Compite con el tiempo;
Entrama, vacilante,
Su aurora clonada
Hasta un punto imposible.
 
V
 
Ya destrozan la estancia
Entre todas las apariencias,
Soledades memorables,
Vida recorrida
En los bolsillos.
Gastando su pasión;
Enajenados los huesos
Al servicio de 1 retrato a voces.
Visto & domesticado su amanecer,
Hecho sangre sin esfuerzo,
Vacío ahora.
Completa su oscuridad.
 
VI
 
Párpados unánimes
Clavan piedras
En el techo hasta anochecer
Mentiras; dinero por dinero.
Dolor por dolor.
A tus manos
Otro fierro vacían;
Cómo vigilando su muerte.
Inaccesible de Dios.
Rogándole a la nada
Una vida.
 
VII
 
Caminata en derredor.
Mustio y transplantado
El estéril sueño descansa
Hacia el umbral,
Decorado de ausencias;
Perfil del aire postrado.
En las calles perdidamente
Cayendo en grietas,
Hexagonales, que guardan,
Calor de siempre estar vivo.
El asfaltado ahora descansa:
Rencoroso, fugitivo, silencioso.
 
VIII
 
Pelea contra ti mismo;
Es en vano morir,
Ser nada. Cumplida
Tu misión, perfecta.
Nunca vengara, implacable
Las horas sin ritmo.
Los días sin medida.
Pero luchar, extraviarse
Sin ayuda de nadie.
No bastan para que tus manos
Estás manos,
Encuentren el oro en mierda.
 
IX
 
Mantén la fiebre.
Más.
Llegar. Llegar.
Los árboles, las calles;
Las nubes moradas
Con su traje de lejanía.
Querida voz,
Ya no me engaña
Tu música cautiva.
A risas quietas
Vaivenes cortos.
Los árboles, las calles;
Las palabras trazadas
Hacia la noche.
 
X
 
Después de todo.
Aquí estoy. Déjame abarcar,
Sentir cada instante.
Los animalitos,
Juguetes transparentes
En manos de los siglos
Las nubes,
Desiertos blancos
Elevados a ciudades,
Los días,
Plazos imperativos
Entre dos labios.

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