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Quisiera estar solo en las islas.

Aquella noche la luna se canso de esperar.
Obligada de cuidar a tantas sombras
Quizo ser monarca en tierra de nadie.
En esa región dónde figuras obscenas aguardan en la mano el misterio;
Y la soledad es de alas,
Y las alas son de un cielo de vergüenza:
¿Acaso eran necesesarias esas luces altivas
o ese golpe de orgullo para abrir
la distancia entre los labios?
No pensar. No recordar. He sido;
Olvidar los muros, las siluetas,
Las miradas no esperadas;
Los casi besos.
Arriba, entonces, la libertad.
Arriba la juventud, árbol tibio en proyecto immortal.
Arriba todo menos la prudencia
Que para vivir gloriosamente
No bastan los frutos que
Un destino trabajó hasta
Madurar en piedras descuidadas.
Porque la pasión vuela bajo la mesa
Y la loca de la casa viste de negro otra vez
Considerando que un pájaro
Aunque sea callado
No debe volar cerca del sol
Sin más ojos que 2 horizontes frente a frente;
Pero el silencio no canta
Ni tampoco tiene alas como dice
Así, la noche
No esbelta ni lunática sino fugitiva
Abandona los cuchillos que decoran flores
Para que un dia ignoren una verdad fingida
Porque unas verdades son de azul puro
Otras son como navajas de agua
Sin embargo,
Todas remontaran por la angustia hasta unirse a la piel.
Mientras se surtan los sueños y
Los trofeos brillen a causa de sí mismos
Sí, aquí abajo, errancia vegetal que no cesa
Las palabras otro vacio etrechan
Bajo preocupadas formas vagas.
cien retratos, cien latidos,
cien nubes, cien cabellos;
una burbuja, una moneda;
un barco, una trompeta;
un niño drogado tragando anhelos;
una victoria, una promesa, un poema sorprendido en el momento que se hacía lunar de cristal, una mariposa de papel tatuada en el aire y de repente
Silencio.
Silencio, silencio, silencio
Todo transcurre entre caldo de pureza o tacto derramado;
Entre la realidad y el deseo.
Todo transcurre
Apto solamente para la muerte sin reservas.

Preferido o celebrado por...
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