Nadie esperándome en la puerta.
Nadie susurra en mi oído una canción triste.
Nadie llora en la ventana.
Nadie toma mi mano.
Nadie dice nada.
Nadie lamenta lo que somos
y nadie observa lo qué hay dentro.
Nadie toma el tiempo.
Nadie vuelve a verme.
Nadie me da un beso a la orilla de la cama.
Nadie mira mis ojos.
Nadie acaricia mi espalda.
Nadie dice “te amo”.
Nadie se va.
Nadie se fue.