VERY IMPORTANT PEOPLE DRIVE
Soy, ahora, un apátrida del camión.
Edgar Yepez
Sopla un pecero a la señal de mi dedo,
cuando atiza el pregón de una salsa
en su interior caliente
—más bien picante—
al ojo erótico en el retrovisor,
que reclama en un saludo
el canje de una moneda.