Aviso
Parte de la obra "Avisos de Ocasión"
He pensado en cómo te puedo despedir. Paso horas y días tallando, sobre rebanadas flexibles de madera, ideas, reflexiones y alientos lentos que sobresalen de mí. Y no termino.
No quiero terminar, no quiero concluir el balbuceo que hace que ladees de lado la cabeza, claves tu mirada y hieles el espacio. Poner punto final, sin pensar, sin gusto, pero lleno de ansiedad. Quizá no lo podría superar. Pero dudo que te des cuenta, como te narré en aquella importuna prosa, de lo encantador que es que me leas, me respires, que te pongas por debajo de la lengua uno de mis versos y en tu sangre lo diluyas y se convierta en una risa tuya. Creo que no podría, no sabría cómo.
Quizá lo dejé así, sin punto final. ¿Por qué? Porque mientras algo de ti exista, no pondré punto final a esta lista. Que exista el ansia, el miedo y de cuando en cuando, la posibilidad.
Terminar, despedirse, quedar en un común acuerdo –redundantemente– prometido. Y abriendo el portafolio, guardo el orgullo, la lógica y el encanto. Cierro mi cuento largo. Guardo el miedo. Hecho en comedimiento a lo que siento, hasta un nuevo aviso de mutante, rara y profana ocasión
(Sin punto final)
Piaciuto o affrontato da...
