Cargando...

Deshacerme haciéndome

Puedo mirarte tan láguida y fuerte, tan bestia y tan débil...
Puedes matarme de gozo total, de un suspiro fatal...
Puedes borrarme de gélida faz, mi divina e inmortal
diosa ÿ escudo. ¡Bendita y maldita tu alma voraz!
 
Y es que recorro preguntas y penas, navego en desiertos
de dudas serenas, tormentos prosáicos que son ya arena
negra y dorada, verdugo perfecto de daño tan cierto.
¡Y tu simple acto, de sexo y furor, mi deceso decreta!
 
Extremo dolor de saber que no sé cuál fue el daño que hice.
Pérfida puta, tan mía y de nadie, del viento y del fuego
que liquida este amor tan gigante que tener siempre quise.
 
Rómpeme y rómpete, tétrica sombra de amor verdadero.
Falsa ilusión de querer sempiterno. ¡Tú, ambrosía penosa!
Déjame sólo y herido, lamiéndome tus golpes perfectos.

Preferido o celebrado por...
Otras obras de Juan Camilo Vallejo Casella...



Top