Cargando...

Vacío

Qué agotador es seguir recorriéndote.
Te conozco ya tanto... ¡Demasiado!
Harto estoy de tus ojos distanciados,
luceros anquilosados mintiéndome.
 
Pasillos, claustros, mirar pedregoso;
polvareda, reluciente de antaño;
congregación de viejos ermitaños;
cimientos centenarios y pastosos.
 
Sombras de lo que fueron, aquí quedan,
pasatiempos humanos olvidados,
auras góticas que están por doquier.
 
¡Dios, dos mil demonios me bombardean!
Dime que soy salvo, no condenado,
que esto no es cárcel en donde yacer.

Preferido o celebrado por...
Otras obras de Juan Camilo Vallejo Casella...



Top