#EscritoresEspañoles
Están cogidos de la mano en silencio, bajo los soportales. El niño mira su columpio, muy triste,
Hace unos minutos que ha recibido la llamada, y desde entonces no ha soltado el… Qué tristes son las lágrimas de un viejo,
Llegan y se van sin hacer ruido —como buenos clientes—, luego el tiempo los confunde
Te veía llegar, cruzar la puerta, darme un besazo en el morro, mirarme a los ojos
No es el de la niñez, aquellas mañanas de diciembre, a lo largo del río, hacia el colegio. Ni se trata tampoco de aquel otro
La radio está encendida. Suena la pedorreta de una moto
Dejo el periódico sobre la barra. Enciendo un cigarrillo. Tomo
Las primeras tienen su cosa, es cierto. Otra vez con el trago en la mano, uno se siente a gusto de sentirse tan mal, de tener ese cuerpo,
No es que moleste en sí, pero cuesta acostumbrarse. Eso de que vayas por ahí
Tienes veinte años, tienes a la vida por el cuello a tu merced; pero no es suficiente,
Lentos por las aceras, inmóviles en las repisas, aovillados
Uno siempre espera que suceda algo, que algo bueno suceda, algo que le dé un giro brusco, un empujón, un bandazo
Cuídate mucho de los que sólo miran, de los que siempre están detrás, de esos a los que nunca
Como a veces nos viene a la memoria algo sin importancia que dejamos para el día siguiente
Como el viento que encuentra una rendija y se cuela en la habitación y lo desordena todo libros