#EscritoresEspañoles
Vencido, una vez más. Por el amor… el odio, o por la vida que no hace concesiones ni da treguas. Aquí, en la esquina de un siglo
Ya poseemos casi todo lo que nos iba a hacer felices. Puede decirse
Es inútil buscarlo. Cuando menos lo esperas, aparece en un bar. Y ya nada es igual en adelante. Un día tocas los dientes de la gloria,
El último salvavidas al que suelo agarrarme en estos casos, el teléfono, hoy tampoco me sirve.
Es lo que tiene, el amor: empiezas siendo el galán protagonista
Enamorarse es fácil. Uno puede enamorarse —sin demasiado esfuerzo— varias veces al día, a nada
Hace unos minutos que ha recibido la llamada, y desde entonces no ha soltado el… Qué tristes son las lágrimas de un viejo,
Gente exhausta, con la vista clavada en el suelo,
La radio está encendida. Suena la pedorreta de una moto
Como el viento que encuentra una rendija y se cuela en la habitación y lo desordena todo libros
Las primeras tienen su cosa, es cierto. Otra vez con el trago en la mano, uno se siente a gusto de sentirse tan mal, de tener ese cuerpo,
Te veía llegar, cruzar la puerta, darme un besazo en el morro, mirarme a los ojos
Están cogidos de la mano en silencio, bajo los soportales. El niño mira su columpio, muy triste,
Mi mujer y mi hija, estas paredes y estos libros, un puñado de amigos que me quieren —y a los que quiero de verdad—,
Tendría alrededor de ochenta años, estaba atascada en un semáforo, como un barquito de vela bajo la tormenta,