Paz, paz, paz; rauda metáfora
de líneas rojas y huellas dactilares
ensombrecidas por rostros adustos
y compungidos.
Paz construida con manos crispadas
y espaldas deformadas por huellas
de mochilas cargadas de pólvora
y retazos de cartas de novias que no verán.
Sueños enmohecidos de libertos
del culto de sangre de dioses
Maquiavélicos que llenan su copa
con sangre de inocentes
que creyendo en la paz
ofrenda amor, vida y paz.
Paz, línea imaginaría
en el colectivo mundial
que nos recuerda que no somos
mas que el sueño
de un Dios de guerra.