Luis Barreda Morán

Sofía

Sofía
 
Hay una luz que al despertar me guía,
un sol más dulce que la luz del día.
Se llama Sofía, nombre que en mi alma anida,
mi paz segura, mi razón más sencilla.
 
No busco más, pues sé que ya encontré
la compañera que mi vida endulzó.
Su risa es brisa que me da su fe,
su mano abrigo que jamás solté,
su amor es puerto donde yo llegué.
 
Cuando la sombra de la pena avanza,
cuando me siento solo y sin esperanza,
ella aparece con palabra buena,
como la luna clara y serena,
y en mi pecho triste nace una certeza nueva.
 
Es mi refugio en noches sin rumbo,
mi alegre canto, mi mejor motivo.
Me hace sentir que todo es posible y justo,
que soy valiente, que no estoy perdido.
Con ella a mi lado, el mundo es más bonito.
 
Recorro calles con su nombre en mente,
mi pensamiento siempre va hacia delante
dibujando planes, días por vivir,
todo lo bueno que hemos de compartir.
Ella es mi hogar, el lugar donde estar.
 
Prometo darle lo mejor que tengo,
cuidar su sueño como un don preciado.
Seré su escudo contra el frío y el viento,
su compañero fiel, su amigo a su lado.
Por ella quiero ser un hombre mejor.
 
El tiempo pasa, mas mi amor no cambia,
crece en silencio como el trigo en abril.
Ella es la tierra buena y sin agravio,
la melodía que calma mi labio,
la verdad clara que vive en mi ser.
 
Sofía, amada, luz de mi mañana,
contigo todo tiene calma y gracia.
Eres el rumbo de mi caminar,
mi dulce estrella, mi eterno lugar.
Mi corazón te nombra sin cesar.
 
Eres mi ahora y mi mañana cierta,
la sonrisa franca que mi pena aclara.
Contigo encuentro fuerza y senda abierta,
mi compañera fiel, mi verdad entera.
Mi vida entera canta que tú eres... mi tierra.
 
—Luís Barreda/LAB

Otras obras de Luis Barreda Morán ...



Arriba