Valor y escasez.
Qué cruel es la torre Eiffel: unos días me quiere, otros también, aunque no me lo dice.
No soy ningún –ista ni practico ningún –ismo: sólo soy un artista que piensa por sí mismo.
No te dejes engañar: las sonrisas de verdad pueden atravesar hasta las mascarillas más opacas.
Hijo, he aquí un hallazgo que te recomiendo no pasar de larg… ni olvidar: los humanos son bien lentos en dar… mas raudos cual rayo en recibir.
Tus demonios internos se van a eternizar hasta que veas, que para vencerlos, los hay que abrazar.
Llevan las medias negro melancolía: como el corazón.
Humano guarda secreto de sumario: llora por dentro.
¿Qué se supone que debe uno pensar si cuesta más leer y aprender de los fallos de los demás que beber y cometer los propios?
Irrelevante: cuando nadas en el mar, la lluvia da igual.
Las aceras siguen siendo ilegibles libros de pies cuyas páginas se revuelven al son del insomnio
Los que más nos esforzamos en esto del vivir, te lo digo como si pudiera verlo, hemos visto a alguien dejar de hacerlo.
Sin publicidad, sé una buena persona: he aquí el secreto.
Caído una vez, levantado otra vez más: así es la vida.
La vida, qué ironía tan bella, termina siendo lo que pensamos de ella.
Tu forma de diábolo, de reloj de arena tu perfil, contra mi alma de león y mis dientes de marfil.