#demonios #poesía
Las aceras siguen siendo ilegibles libros de pies cuyas páginas se revuelven al son del insomnio
Desde pequeñito crecí igualito que un camaleón: un ojo en el presente –que es buen… otro en el pasado –que fue mejor–.
Sol, gracias por levantarte todos los días e iluminar a los habitantes de la Tierra: ingratas hormigas que van a la car…
Los que más nos esforzamos en esto del vivir, te lo digo como si pudiera verlo, hemos visto a alguien dejar de hacerlo.
Del maestro más mordaz, siempre somos aprendiz: las lecciones vitales siempre dejan cicatriz.
Mientras tanto la gente intenta descubrir una forma de cubrir su carne desnuda que no se diluya
Detrás de esta sudadera desgastada y deshilachada guardo este acariciado, áspero y moribundo mundo. Detrás de esta cara de charlatán
Fuimos los perfectos políglotas: yo te hablaba en cristiano, tú me callabas en francés.
Qué cruel es la torre Eiffel: unos días me quiere, otros también, aunque no me lo dice.
El cuerpo que te ha tocado es el resultado de una lotería que no has jugado.
La nueva normalidad solo dejará de ser nueva cuando vuelva a ser normal.
Viaja ligero si quieres llegar lejos: la felicidad.
Llamad a Iberdrola, es urgente, la mayor cantidad de vatios y neón la dedican a marcas registradas y carbón para niños malos
Tu forma de diábolo, de reloj de arena tu perfil, contra mi alma de león y mis dientes de marfil.
Voy a lanzarme a ver si existo: sin perdón, sin excusas, sin permiso.