La débil dedicatoria que le dedico… para hacerlos míos se está desdibujando entre ojeras desgastadas y lírica… y se está volviendo ilegible
No te dejes engañar: las sonrisas de verdad pueden atravesar hasta las mascarillas más opacas.
Las tiendas cierran, las cabezas pesan: hace frío para nada.
Fuimos los perfectos políglotas: yo te hablaba en cristiano, tú me callabas en francés.
No te preocupes, deja que la vida ocurra como ocurre la vida misma: orgánicamente.
Todos llorando por lo malo del mundo, como si no hubieran visto ni un gramo, de maldad. Y yo, sonrisa en mi cara,
Vístete de aire, de brisa y ven a verme.
Las aceras siguen siendo ilegibles libros de pies cuyas páginas se revuelven al son del insomnio
Vamos con prisa para llegar más rápido a ninguna parte.
Tu sonrisa es un soplo de aire fresco. Un pliegue de origami que desorienta.
Querido, “hubos” hubo muchos pero no fueron tuyos. Pero “ahoras” sólo hay uno y te pertenece.
Después de muchas vueltas y algún que otro tropezón, te das cuenta: no es la cabeza quien recuerda, sino el corazón.
El cuerpo que te ha tocado es el resultado de una lotería que no has jugado.
El burdo burdel de El Llano ya no ofrece masajes a cuatro manos.
Quien no tiene memoria necesita cicatrices. Quien no tiene historia necesita tatuajes.