La débil dedicatoria que le dedico… para hacerlos míos se está desdibujando entre ojeras desgastadas y lírica… y se está volviendo ilegible
Don nadie que se ha quedado con casi nadie desde que tiene memoria sabe que no hacen falta
Uno mendiga, muchos mirando el móvil: falta compasión.
Desde que desperté, me dediqué a desear dibujarla despierta y desnuda: danzando decidida
Tu sonrisa es un soplo de aire fresco. Un pliegue de origami que desorienta.
Quien no tiene memoria necesita cicatrices. Quien no tiene historia necesita tatuajes.
Tus demonios internos se van a eternizar hasta que veas, que para vencerlos, los hay que abrazar.
Los que más nos esforzamos en esto del vivir, te lo digo como si pudiera verlo, hemos visto a alguien dejar de hacerlo.
Mientras tanto, el eco de aquel beso inesperado resonaba en mi cabeza.
Viaja ligero si quieres llegar lejos: la felicidad.
Háblame de la fotogenia de la primavera de mis manos meciendo tus muslos y tus piernas
Esta disputa —que el lector disfruta— de la zorra con las uvas me enseña
Larga es la historia, corta la conclusión: cada vez menos pelos en la lengua, más en el corazón.
Todos llorando por lo malo del mundo, como si no hubieran visto ni un gramo, de maldad. Y yo, sonrisa en mi cara,
Pájaro nunca voló: le dijeron que no podría y se lo creyó.