#poesía
Háblame de la fotogenia de la primavera de mis manos meciendo tus muslos y tus piernas
Todos llorando por lo malo del mundo, como si no hubieran visto ni un gramo, de maldad. Y yo, sonrisa en mi cara,
Caído una vez, levantado otra vez más: así es la vida.
Hazlo aunque llueva, porque llueva o no llueva, no se hace solo.
Sin publicidad, sé una buena persona: he aquí el secreto.
Vamos con prisa para llegar más rápido a ninguna parte.
Voy a lanzarme a ver si existo: sin perdón, sin excusas, sin permiso.
Las aceras siguen siendo ilegibles libros de pies cuyas páginas se revuelven al son del insomnio
Desde pequeñito crecí igualito que un camaleón: un ojo en el presente –que es buen… otro en el pasado –que fue mejor–.
Al final podré perecer petrificado por perder un pulso de miradas
Desde que desperté, me dediqué a desear dibujarla despierta y desnuda: danzando decidida
Algunos se van a desilusionar, otros pensarán que es mentira, cuando les diga que lo que tiene valor en la vida no se puede patentar.
Llamad a Iberdrola, es urgente, la mayor cantidad de vatios y neón la dedican a marcas registradas y carbón para niños malos
Tu forma de diábolo, de reloj de arena tu perfil, contra mi alma de león y mis dientes de marfil.
Todos los días sonrío, o es que no lo ves: unos días al derecho, otros al revés.