#poesía
Mientras el otoño llega y las hojas se tornan amarillo, yo me torno carajillo y me bebo,
Los ojos de Ella eran de esos que parecían poseer un pedacito de infinito
Las tiendas cierran, las cabezas pesan: hace frío para nada.
Hazlo o no lo hagas: no hay propósito alguno que te haga triunfar.
Mientras tanto, la gente intenta descubrir una forma de cubrir su carne desnuda que no se diluya
La paciencia es la damisela que más se hace esperar y nunca termina por llegar
Tu resultado, no el precio que has pagado, es lo que envidian.
Algunos se van a desilusionar, otros pensarán que es mentira, cuando les diga que lo que tiene valor en la vida no se puede patentar.
Háblame de la fotogenia de la primavera de mis manos meciendo tus muslos y tus piernas
Qué cruel es la torre Eiffel: unos días me quiere, otros también, aunque no me lo dice.
Cree en ti mismo: la creencia precede a la evidencia.
Desde que desperté, me dediqué a desear dibujarla despierta y desnuda: danzando decidida
Las aceras siguen siendo ilegibles libros de pies cuyas páginas se revuelven al son del insomnio
Déjame que te cuente el lado oscuro del mercado: venderse a uno mismo está muy bien pagado.
Todos los días sonrío, o es que no lo ves: unos días al derecho, otros al revés.