¿Sin ganas de vivir? Vive sin ganas. Las ganas de vivir se ganan viviendo.
Cree en ti mismo: la creencia precede a la evidencia.
Esta disputa —que el lector disfruta— de la zorra con las uvas me enseña
En efecto, yo –como cualquier elemento– lluevo lo que llevo por dentro. De hecho,
Algunos se van a desilusionar, otros pensarán que es mentira, cuando les diga que lo que tiene valor en la vida no se puede patentar.
A lo mejor es bueno crearse una rutina de romper la rutina diaria y marearse en la noria. A lo mejor tenemos que ser fuertes
No hay momento más letal que cuando la tóxica quemazón de la decepción se te hace familiar.
Hazlo aunque llueva, porque llueva o no llueva, no se hace solo.
Querido, “hubos” hubo muchos pero no fueron tuyos. Pero “ahoras” sólo hay uno y te pertenece.
Todos llorando por lo malo del mundo, como si no hubieran visto ni un gramo, de maldad. Y yo, sonrisa en mi cara,
Qué cruel es la torre Eiffel: unos días me quiere, otros también, aunque no me lo dice.
Quien no tiene memoria necesita cicatrices. Quien no tiene historia necesita tatuajes.
Dejaremos de complicarnos la vida sin sentido el día que nos llamen simple y nos parezca un cumplido.
Los que más nos esforzamos en esto del vivir, te lo digo como si pudiera verlo, hemos visto a alguien dejar de hacerlo.
Cantar bajo la lluvia está sobrevalorado. Yo prefiero ser lluvia bailando en tu ventana: cantando en claqué