#poesía
Tu forma de diábolo, de reloj de arena tu perfil, contra mi alma de león y mis dientes de marfil.
Larga es la historia, corta la conclusión: cada vez menos pelos en la lengua, más en el corazón.
Déjame que te cuente el lado oscuro del mercado: venderse a uno mismo está muy bien pagado.
La vida se bebe a sorbos breves: como un buen vino.
Los ojos de Ella eran de esos que parecían poseer un pedacito de infinito
¿Qué se supone que debe uno pensar si cuesta más leer y aprender de los fallos de los demás que beber y cometer los propios?
No te preocupes, deja que la vida ocurra como ocurre la vida misma: orgánicamente.
Tu resultado, no el precio que has pagado, es lo que envidian.
Las aceras siguen siendo ilegibles libros de pies cuyas páginas se revuelven al son del insomnio
Todos llorando por lo malo del mundo, como si no hubieran visto ni un gramo, de maldad. Y yo, sonrisa en mi cara,
Vístete fuego, viste té y hierba en el pelo: arriba el cielo, abajo el trigo
Del maestro más mordaz, siempre somos aprendiz: las lecciones vitales siempre dejan cicatriz.
Caído una vez, levantado otra vez más: así es la vida.
La procesión va por dentro, no por teatro.
Uno mendiga, muchos mirando el móvil: falta compasión.