No se echa en falta nada que sobra: como una mariposa que vuela a la pata coja.
Algunos se van a desilusionar, otros pensarán que es mentira, cuando les diga que lo que tiene valor en la vida no se puede patentar.
Hazlo aunque llueva, porque llueva o no llueva, no se hace solo.
Uno mendiga, muchos mirando el móvil: falta compasión.
Tu sonrisa es un soplo de aire fresco. Un pliegue de origami que desorienta.
Viaja ligero si quieres llegar lejos: la felicidad.
El prosaico patriotismo de la pila de platos sucios de la cocina no está patrocinado por ninguna puta compañía
Todo el mundo quiere ser inmortal, pero nadie se ha molestado en leer la letra pequeña: para ser inmortal
Irrelevante: cuando nadas en el mar, la lluvia da igual.
Larga es la historia, corta la conclusión: cada vez menos pelos en la lengua, más en el corazón.
Tus demonios internos se van a eternizar hasta que veas, que para vencerlos, los hay que abrazar.
Hazlo o no lo hagas: no hay propósito alguno que te haga triunfar.
Desde pequeñito crecí igualito que un camaleón: un ojo en el presente –que es buen… otro en el pasado –que fue mejor–.
Todos los días sonrío, o es que no lo ves: unos días al derecho, otros al revés.
En efecto, yo –como cualquier elemento– lluevo lo que llevo por dentro. De hecho,