Antes de empezar, vigila tus deseos: hay que ser digno.
He aquí un hombre que se murió sin miedo a mirarse por dentro.
Irrelevante: cuando nadas en el mar, la lluvia da igual.
Desde que desperté, me dediqué a desear dibujarla despierta y desnuda: danzando decidida
Hijo, muerte y mujer mueven el mun… Respeta ambas.
A veces, el fuego se enamora de todo lo que toca. En esas veces y solo en esas el destino, lejos de ser desatino, es justicia poética.
Larga es la historia, corta la conclusión: cada vez menos pelos en la lengua, más en el corazón.
Quien no tiene memoria necesita cicatrices. Quien no tiene historia necesita tatuajes.
Tu forma de diábolo, de reloj de arena tu perfil, contra mi alma de león y mis dientes de marfil.
Hazlo aunque llueva, porque llueva o no llueva, no se hace solo.
¿Qué se supone que debe uno pensar si cuesta más leer y aprender de los fallos de los demás que beber y cometer los propios?
Tu sonrisa es un soplo de aire fresco. Un pliegue de origami que desorienta.
Las canas son sabiduría que se desborda.
No se echa en falta nada que sobra: como una mariposa que vuela a la pata coja.
Todos llorando por lo malo del mundo, como si no hubieran visto ni un gramo, de maldad. Y yo, sonrisa en mi cara,