Los ojos de Ella eran de esos que parecían poseer un pedacito de infinito
Del maestro más mordaz, siempre somos aprendiz: las lecciones vitales siempre dejan cicatriz.
No hay momento más letal que cuando la tóxica quemazón de la decepción se te hace familiar.
Las tiendas cierran, las cabezas pesan: hace frío para nada.
Las aceras siguen siendo ilegibles libros de pies cuyas páginas se revuelven al son del insomnio
Don nadie que se ha quedado con casi nadie desde que tiene memoria sabe que no hacen falta
Pájaro nunca voló: le dijeron que no podría y se lo creyó.
El burdo burdel de El Llano ya no ofrece masajes a cuatro manos.
Mi abuela solía decir: “Gato escaldado del agua fría escapa”. A mí me gusta añadir: “Humano escaldado
He aquí un hombre que se murió sin miedo a mirarse por dentro.
¿Qué se supone que debe uno pensar si cuesta más leer y aprender de los fallos de los demás que beber y cometer los propios?
Caído una vez, levantado otra vez más: así es la vida.
Hijo, he aquí un hallazgo que te recomiendo no pasar de larg… ni olvidar: los humanos son bien lentos en dar… mas raudos cual rayo en recibir.
Curioso caso: el que vivió sin ganas las acabó encontrando. La historia acabó: Quien vivió sin ganas,
Tus demonios internos se van a eternizar hasta que veas, que para vencerlos, los hay que abrazar.