Cargando...

Soñar contigo

Nunca me gustó soñar contigo.

La primera vez, desperté de un salto que me dejó sentado tratando de entender por qué estaba tan agitado y en una cama que no era mía. Una sensación horrible que, si de mí dependiera, preferiría no repetir. Pero naturalmente, es inevitable.

Las otras noches no fueron tan intensas, pero sí igual de incómodas. Dar vueltas en la cama, forzarme a dormir y terminar por levantarme envuelto en sudor no es precisamente mi idea de un buen sueño.

Pero repito, sos inevitable. Así que he tenido que aprender a tenerte presente en otros momentos y de otras maneras que no sea en mis sueños.

Porque claro, nada me gustaría más que se cumpliera al menos una de las fantasías que suceden cuando duermo, pero resulta que justamente ese es el problema.

No soporto despertar y darme cuenta que no estás ahí. Que estás a cientos de kilómetros de mi cama, de mis brazos, de mí.

Detesto abrir los ojos y ver que nada de lo que estaba pasando era verdad. Que una vez más todo fue un sueño, tú no estás cerca.

Y aunque trato de convencerme de tomar las cosas con calma, no puedo. Es imposible no sentir impotencia.

¿Por qué?, ¿por qué putas tengo que soñarte?, suficiente tengo con pensarte despierto, ¿ahora resulta que también te pienso dormido?

Eventualmente la mañana avanza, tu imagen por fin se disipa un poco, pero las preguntas no dan tregua. Vernos solo sería posible como una más de las fantasías de mis sueños.

Pero, ¿y si lo hiciéramos?, ¿eso se puede?, ¿está permitido encontrarnos en un mundo completamente distinto al que elegimos o nos tocó vivir?, ¿cómo sabría que sí eres tú y no un recuerdo vago que aún habita en mí?, no lo sé.

Hace mucho que no me pasa, tardé años en plasmar la sensación que me dejó haberte visto dormido, pero todavía me pregunto, ¿soñarás conmigo?

Otras obras de David Penagos...



Top