#Españoles
Llora cuanto quieras sobre mi hombro, desahógate, cuenta conmigo para lo que haga falta.
Cosas de la edad, supongo: te da por mirar atrás,
Las primeras tienen su cosa, es cierto. Otra vez con el trago en la mano, uno se siente a gusto de sentirse tan mal, de tener ese cuerpo,
En todas las ciudades que he pisado me ha parecido verte: un autobús que arranca y que no cojo,
Es inútil buscarlo. Cuando menos lo esperas, aparece en un bar. Y ya nada es igual en adelante. Un día tocas los dientes de la gloria,
Dejo el periódico sobre la barra. Enciendo un cigarrillo. Tomo
Sale de la marquesina y mira hacia la izquierda; vuelve y reinicia su pequeño “claqueteo” nervioso. No aguanta más, se muere, necesita
De aquí a un tiempo, puede que llegue a ser como vivir
No hay nada gratis. Ni siquiera lo que es gratis es gratis de verd… Siempre te lo descuentan
Un simple comentario a destiempo, sin ninguna intención.
A veces —cuando observa en los bares la sana desvergüenza de los jóvene… los rescoldos de una oscura pasión avivan su mir…
Con los días contados, chaval, así vivimos todos. Esperando a que nos tachen de la lista. Distrayendo
Alegra esa cara, hombre —dicen, dándote una palmadita en la espalda–, hay que ser más
No es el de la niñez, aquellas mañanas de diciembre, a lo largo del río, hacia el colegio. Ni se trata tampoco de aquel otro
Mujeres como tú son las que consiguen que se declaren las guerras y que algún general