#EscritoresEspañoles
En todas las ciudades que he pisado me ha parecido verte: un autobús que arranca y que no cojo,
De aquí a un tiempo, puede que llegue a ser como vivir
Alegra esa cara, hombre —dicen, dándote una palmadita en la espalda–, hay que ser más
El último salvavidas al que suelo agarrarme en estos casos, el teléfono, hoy tampoco me sirve.
No es que moleste en sí, pero cuesta acostumbrarse. Eso de que vayas por ahí
No hay nada gratis. Ni siquiera lo que es gratis es gratis de verd… Siempre te lo descuentan
Mujeres como tú son las que consiguen que se declaren las guerras y que algún general
Esta noche, por lo que a mí respecta bien podría saltar el mundo en mil pedazos. Por qué no. Y nosotros con él. Acabar. Echarle de una vez
Llora cuanto quieras sobre mi hombro, desahógate, cuenta conmigo para lo que haga falta.
Como a veces nos viene a la memoria algo sin importancia que dejamos para el día siguiente
A veces —cuando observa en los bares la sana desvergüenza de los jóvene… los rescoldos de una oscura pasión avivan su mir…
Como el viento que encuentra una rendija y se cuela en la habitación y lo desordena todo libros
No solo eres guapo, fuerte y listo, sino que además de conciencia ni una pizca
Cosas de la edad, supongo: te da por mirar atrás,
Vencido, una vez más. Por el amor… el odio, o por la vida que no hace concesiones ni da treguas. Aquí, en la esquina de un siglo