Amanecer a Tu Lado
Bajo el manto del alba, donde el mar brava su canto,
tu respiración me envuelve, marea de amor y encanto.
Entre sábanas de espuma, tu piel dibuja mi sueño,
labios que saben a aurora, besos que incendian el tiempo.
Sonrisa que talla huellas en la arena de tu rostro,
hoyuelos que guardan versos de un amor cálido y propio.
Tu cuerpo, puerto seguro, refugio de noches largas,
donde el verano perpetuo derrite las horas amargas.
Caracolas en la estancia susurran nuestra piel unida,
ecos de olas que repiten promesas de una vida entera.
En tu pecho, el universo late en sincronía ardiente,
dos almas fundidas en luz, eternas bajo el presente.
El reloj huye en vano; nuestras horas son caricias,
robadas al tiempo frío, tejidas en dulces dichas.
Mañanas de sol cautivo, noches de luna cómplice,
juramos en cada alba renacer en este vértice.
Cuando la penumbra escriba tu nombre en constelaciones,
y el océano nos cubra con sus azules canciones,
seguiré, Alejandra, en tu mirada de olvido,
eterna viajera de un cielo en tus ojos verdes vivo.
*Amanecer a tu lado*: sinfonía de piel desnuda,
donde el amor no es destello, sino raíz siempre honda.
Que el alba nos encuentre así, entrelazados en vuelo,
dos pájaros sin mañana, dueños del único cielo.
—Luis Barreda/LAB