Horacio C.

Solo de Guitarra en Granada

Una guitarra parte la noche en Granada,
reflejo de Luna es su sangre,
de los gitanos son sus pies y sus gargantas,
por eso bailan una canción desesperada,
al ritmo de su vida y de su arte.
 
A los pies de la Alhambra,
una fuente se desnuda,
al compás de la guitarra,
los suspiros se vuelven agua.
 
Nadie camina por las calles de Granada,
vacías de sus gentes y des sus pisadas,
apenas la música llega a sus ventanas.
Quisiera yo pintar todo tu cuerpo,
no con colores sino con palabras,
resumir en menos de diez versos,
el calor de tus miradas.
 
Que la noche vista el Albaicín,
las aguas del Darro y del Genil,
que tu cuerpo vibre con cada nota,
que no haya un tú sin mí,
que no dejes de morderme la boca.

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