¿He soñado que soñaba? Te cuento:
Hace apenas un rato estaba en mi cama, a lo lejos se oían truenos, a lo lejos... Pensaba en ti y tuve, de pronto, ganas de tomarme fotos y enviártelas. Supuse tu sorpresa al verme con el vestido largo floreado, el de botonadura negra al frente, de tirantes, el que uso para estar en casa y que tanto te gusta... Las fotos eran discretas, ni siquiera bajé un tirante, a lo sumo dejaba ver, de soslayo, una rodilla, solo eso. El placer estaba, te digo, en imaginar tu sorpresa al recibir mis fotos.
La excitación era tanta que me empecé a tocar, pero mi vulva se sentía diferente, ásperos los labios, tremendamente redondeado todo, como si de una esfera quemante se trataba, y sentí molestias, muchas molestias, tantas que me desperté.
Mis manos no estaban entre mis piernas.
Revisé el celular, dejado a mi lado: ni rastro de foto alguna.
Fue un sueño, me dije...
Y me imaginé, mientras los truenos seguían a lo lejos, contándotelo todo. Dándote detalles, exagerando tal vez un poquito algunas sensaciones, susurrando otras...
Me imaginé también sentada frente a mi máquina, escribiéndote, tal como estoy ahora...
Con mi vestido largo floreado, el de botonadura negra al frente, de tirantes, el que uso para estar en casa y que tanto te gusta, resistiéndome al impulso de llevar las manos a mi entrepierna...