Tu nombre oculto
Lavanda, cardamomo y hierbabuena;
aunque las conozca de tiempo,
un día olieron para siempre a ti.
Rico olor a vida.
Alma vieja, espíritu libre,
gracias por dejar tu primavera
en el invierno permanente
oculta en mis sábanas calientes.
Ríos de agua dulce, besos tuyos,
gotas de marea salada, tus lágrimas,
inquieta corriente curiosa, tu risa a carcajadas,
nubes sonrientes siempre colmadas, tus palabras certeras.
Aquí en tus tierras siempre es verano,
begonias, girasoles y tus hibiscos
entienden tu inefable fenómeno:
relámpago en día soleado.
No hay otra forma de decirlo:
admiro todo lo que eres,
lo que piensas y dices,
gitana de ojeras malva.
Un día te vi llegar con vestido,
zapatos abiertos y una pañoleta,
me regalaste tu primavera perenne
aunque no te dieras cuenta.
No sabes lo que significas para mis ramitas secas, ojos de fuego.
