Uno mendiga, muchos mirando el móvil: falta compasión.
Caído una vez, levantado otra vez más: así es la vida.
No hay momento más letal que cuando la tóxica quemazón de la decepción se te hace familiar.
La procesión va por dentro, no por teatro.
Llueve, llueve, llueve y no te mueves; todos esperan:
Hazlo o no lo hagas: no hay propósito alguno que te haga triunfar.
Tu forma de diábolo, de reloj de arena tu perfil, contra mi alma de león y mis dientes de marfil.
Curioso caso: el que vivió sin ganas las acabó encontrando. La historia acabó: Quien vivió sin ganas,
...
Lo mío es entrar por la puerta pri… y llegar a tu oficina por la escal… de incendios. Desapercibido. Sin ser percibido.
Viento, querido mío. ¿Qué intentas? Si tuviera que adivinar diría que intentas tumbar a este corazón decidido
La vida, qué ironía tan bella, termina siendo lo que pensamos de ella.
Ella estaba en la azotea de su edificio, vestida de la manera que le gustaba a él: cómo, dónde y cuándo le había dicho de estar cuando ocurriese. A lo lejos tañeron las campanas: 12 gol...
Todos los días sonrío, o es que no lo ves: unos días al derecho, otros al revés.
El cuerpo que te ha tocado es el resultado de una lotería que no has jugado.