He aquí un hombre que se murió sin miedo a mirarse por dentro.
Las aceras siguen siendo ilegibles libros de pies cuyas páginas se revuelven al son del insomnio
Del maestro más mordaz, siempre somos aprendiz: las lecciones vitales siempre dejan cicatriz.
Más vale poco si es honesto y genuino que mucho y falso.
Qué cruel es la torre Eiffel: unos días me quiere, otros también, aunque no me lo dice.
Así como no todo aquello que mide la hora es un reloj, no todo aquel
Caído una vez, levantado otra vez más: así es la vida.
No se echa en falta nada que sobra: como una mariposa que vuela a la pata coja.
Vístete fuego, viste té y hierba en el pelo: arriba el cielo, abajo el trigo
Quien no tiene memoria necesita cicatrices. Quien no tiene historia necesita tatuajes.
A lo mejor es bueno crearse una rutina de romper la rutina diaria y marearse en la noria. A lo mejor tenemos que ser fuertes
Tu forma de diábolo, de reloj de arena tu perfil, contra mi alma de león y mis dientes de marfil.
Curioso caso: el que vivió sin ganas las acabó encontrando. La historia acabó: Quien vivió sin ganas,
Pájaro nunca voló: le dijeron que no podría y se lo creyó.
Antes de empezar, vigila tus deseos: hay que ser digno.