He aquí un hombre que se murió sin miedo a mirarse por dentro.
En este instante, vientos de café vienen del oeste y agitan todas las banderas,
Háblame de la fotogenia de la primavera de mis manos meciendo tus muslos y tus piernas
Detrás de esta sudadera desgastada y deshilachada guardo este acariciado, áspero y moribundo mundo. Detrás de esta cara de charlatán
No hay momento más letal que cuando la tóxica quemazón de la decepción se te hace familiar.
Quien no tiene memoria necesita cicatrices. Quien no tiene historia necesita tatuajes.
Las tiendas cierran, las cabezas pesan: hace frío para nada.
Llevan las medias negro melancolía: como el corazón.
–Naciste bajo la luna de Júpiter,… Pensó que le timaba, pero no hizo… –Siempre supe que habías nacido ba… aquella mujer que iba a convertirs… rodeada de toda la parafernalia di…
Las cosas claras. La luna llena. Las caladas largas. Las faldas cortas. El fuego ardiente.
La sinfonía de las cascadas de castañas y aguardiente me desvela que
Hazlo o no lo hagas: no hay propósito alguno que te haga triunfar.
Todos los días sonrío, o es que no lo ves: unos días al derecho, otros al revés.
Ante tensas calmas, treguas transitorias y altaneros alto el fuego, ¿por qué me preguntas por qué tiemblo
Irrelevante: cuando nadas en el mar, la lluvia da igual.