#aprendiz #poesía #tatuajes
Todos los días sonrío, o es que no lo ves: unos días al derecho, otros al revés.
El bus veinte va como si no quisiera llegar al final.
Irrelevante: cuando nadas en el mar, la lluvia da igual.
Al final podré perecer petrificado por perder un pulso de miradas
Esta disputa —que el lector disfruta— de la zorra con las uvas me enseña
Uno mendiga, muchos mirando el móvil: falta compasión.
La paciencia es la damisela que más se hace esperar y nunca termina por llegar
Mientras tanto la gente intenta descubrir una forma de cubrir su carne desnuda que no se diluya
Mi abuela solía decir: “Gato escaldado del agua fría escapa”. A mí me gusta añadir: “Humano escaldado
Mientras el otoño llega y las hojas se tornan amarillo, yo me torno carajillo y me bebo,
No te dejes engañar: las sonrisas de verdad pueden atravesar hasta las mascarillas más opacas.
No hay momento más letal que cuando la tóxica quemazón de la decepción se te hace familiar.
En efecto, yo –como cualquier elemento– lluevo lo que llevo por dentro. De hecho,
Las tiendas cierran, las cabezas pesan: hace frío para nada.
Vamos con prisa para llegar más rápido a ninguna parte.