No se echa en falta nada que sobra: como una mariposa que vuela a la pata coja.
Querido, “hubos” hubo muchos pero no fueron tuyos. Pero “ahoras” sólo hay uno y te pertenece.
La procesión va por dentro, no por teatro.
El burdo burdel de El Llano ya no ofrece masajes a cuatro manos.
No hay momento más letal que cuando la tóxica quemazón de la decepción se te hace familiar.
El mundo es infinitamente complejo… hay infinitos matices entre el bien y el mal, así como infinitos tonos entre el blanco y el negro.
Llevan las medias negro melancolía: como el corazón.
Háblame de la fotogenia de la primavera de mis manos meciendo tus muslos y tus piernas
Después de muchas vueltas y algún que otro tropezón, te das cuenta: no es la cabeza quien recuerda, sino el corazón.
Tu forma de diábolo, de reloj de arena tu perfil, contra mi alma de león y mis dientes de marfil.
La vida se bebe a sorbos breves: como un buen vino.
Uno mendiga, muchos mirando el móvil: falta compasión.
Todos llorando por lo malo del mundo, como si no hubieran visto ni un gramo, de maldad. Y yo, sonrisa en mi cara,
No te preocupes, deja que la vida ocurra como ocurre la vida misma: orgánicamente.
Mientras tanto, la gente intenta descubrir una forma de cubrir su carne desnuda que no se diluya