#poesía
Desde pequeñito crecí igualito que un camaleón: un ojo en el presente –que es buen… otro en el pasado –que fue mejor–.
Voy a lanzarme a ver si existo: sin perdón, sin excusas, sin permiso.
Pájaro nunca voló: le dijeron que no podía y se lo creyó.
He aquí un hombre que se murió sin miedo a mirarse por dentro.
Los que más nos esforzamos en esto del vivir, te lo digo como si pudiera verlo, hemos visto a alguien dejar de hacerlo.
No se echa en falta nada que sobra: como una mariposa que vuela a la pata coja.
Mientras tanto la gente intenta descubrir una forma de cubrir su carne desnuda que no se diluya
Dejaremos de complicarnos la vida sin sentido el día que nos llamen simple y nos parezca un cumplido.
Qué cruel es la torre Eiffel: unos días me quiere, otros también, aunque no me lo dice.
Algunos se van a desilusionar, otros pensarán que es mentira, cuando les diga que lo que tiene valor en la vida no se puede patentar.
Sin publicidad, sé una buena persona: he aquí el secreto.
El bus veinte va como si no quisiera llegar al final.
La débil dedicatoria que le dedico… para hacerlos míos se está desdibujando entre ojeras desgastadas y lírica… y se está volviendo ilegible
Hazlo o no lo hagas: no hay propósito alguno que te haga triunfar.
Don nadie que se ha quedado con casi nadie desde que tiene memoria sabe que no hacen falta