#aprendiz #poesía #tatuajes
El cuerpo que te ha tocado es el resultado de una lotería que no has jugado.
Don nadie que se ha quedado con casi nadie desde que tiene memoria sabe que no hacen falta
En efecto, yo –como cualquier elemento– lluevo lo que llevo por dentro. De hecho,
Tu resultado, no el precio que has pagado, es lo que envidian.
La atracción de la luna siempre me pareció aterradoramente atractiva: como una buena mujer.
Esta disputa —que el lector disfruta— de la zorra con las uvas me enseña
Las tiendas cierran, las cabezas pesan: hace frío para nada.
El mundo es infinitamente complejo… hay infinitos matices entre el bien y el mal, así como infinitos tonos entre el blanco y el negro.
Mientras tanto, el eco de aquel beso inesperado resonaba en mi cabeza.
Desde pequeñito crecí igualito que un camaleón: un ojo en el presente –que es buen… otro en el pasado –que fue mejor–.
A lo mejor es bueno crearse una rutina de romper la rutina diaria y marearse en la noria. A lo mejor tenemos que ser fuertes
Las aceras siguen siendo ilegibles libros de pies cuyas páginas se revuelven al son del insomnio
Uno mendiga, muchos mirando el móvil: falta compasión.
No te preocupes, deja que la vida ocurra como ocurre la vida misma: orgánicamente.
A veces, el fuego se enamora de todo lo que toca. En esas veces y solo en esas el destino, lejos de ser desatino, es justicia poética.