#ironía #poesía #vida
Quien no tiene memoria necesita cicatrices. Quien no tiene historia necesita tatuajes.
Voy a lanzarme a ver si existo: sin perdón, sin excusas, sin permiso.
No hay momento más letal que cuando la tóxica quemazón de la decepción se te hace familiar.
Al final podré perecer petrificado por perder un pulso de miradas
La atracción de la luna siempre me pareció aterradoramente atractiva: como una buena mujer.
Tu forma de diábolo, de reloj de arena tu perfil, contra mi alma de león y mis dientes de marfil.
Todos llorando por lo malo del mundo, como si no hubieran visto ni un gramo, de maldad. Y yo, sonrisa en mi cara,
Hazlo aunque llueva, porque llueva o no llueva, no se hace solo.
Esta disputa —que el lector disfruta— de la zorra con las uvas me enseña
Irrelevante: cuando nadas en el mar, la lluvia da igual.
Pájaro nunca voló: le dijeron que no podía y se lo creyó.
La vida se bebe a sorbos breves: como un buen vino.
Larga es la historia, corta la conclusión: cada vez menos pelos en la lengua, más en el corazón.
No soy ningún –ista ni practico ningún –ismo: sólo soy un artista que piensa por sí mismo.
Mi abuela solía decir: “Gato escaldado del agua fría escapa”. A mí me gusta añadir: “Humano escaldado