#dar #hijo #lección #poesía #recibir
Todo el mundo quiere ser inmortal, pero nadie se ha molestado en leer la letra pequeña: para ser inmortal
¿Qué se supone que debe uno pensar si cuesta más leer y aprender de los fallos de los demás que beber y cometer los propios?
Irrelevante: cuando nadas en el mar, la lluvia da igual.
No soy ningún –ista ni practico ningún –ismo: sólo soy un artista que piensa por sí mismo.
He aquí un hombre que se murió sin miedo a mirarse por dentro.
La nueva normalidad solo dejará de ser nueva cuando vuelva a ser normal.
Del maestro más mordaz, siempre somos aprendiz: las lecciones vitales siempre dejan cicatriz.
Llevan las medias negro melancolía: como el corazón.
La débil dedicatoria que le dedico… para hacerlos míos se está desdibujando entre ojeras desgastadas y lírica… y se está volviendo ilegible
Larga es la historia, corta la conclusión: cada vez menos pelos en la lengua, más en el corazón.
Desde pequeñito crecí igualito que un camaleón: un ojo en el presente –que es buen… otro en el pasado –que fue mejor–.
Don nadie que se ha quedado con casi nadie desde que tiene memoria sabe que no hacen falta
No te preocupes, deja que la vida ocurra como ocurre la vida misma: orgánicamente.
Cantar bajo la lluvia está sobrevalorado. Yo prefiero ser lluvia bailando en tu ventana: cantando en claqué
La vida se bebe a sorbos breves: como un buen vino.