Versión adaptada
#poesía #samaniego
He aquí un hombre que se murió sin miedo a mirarse por dentro.
Mientras tanto la gente intenta descubrir una forma de cubrir su carne desnuda que no se diluya
Háblame de la fotogenia de la primavera de mis manos meciendo tus muslos y tus piernas
Don nadie que se ha quedado con casi nadie desde que tiene memoria sabe que no hacen falta
Mientras tanto, el eco de aquel beso inesperado resonaba en mi cabeza.
Las tiendas cierran, las cabezas pesan: hace frío para nada.
No se echa en falta nada que sobra: como una mariposa que vuela a la pata coja.
Uno mendiga, muchos mirando el móvil: falta compasión.
Qué cruel es la torre Eiffel: unos días me quiere, otros también, aunque no me lo dice.
El mundo es infinitamente complejo… hay infinitos matices entre el bien y el mal, así como infinitos tonos entre el blanco y el negro.
Nunca fue fácil enfrentarse a lo frágil: pero aquí estamos.
El prosaico patriotismo de la pila de platos sucios de la cocina no está patrocinado por ninguna puta compañía
Cree en ti mismo: la creencia precede a la evidencia.
Más vale poco si es honesto y genuino que mucho y falso.
Todos los días sonrío, o es que no lo ves: unos días al derecho, otros al revés.