El bus veinte va como si no quisiera llegar al final.
Qué cruel es la torre Eiffel: unos días me quiere, otros también, aunque no me lo dice.
Curioso caso: el que vivió sin ganas las acabó encontrando. La historia acabó: Quien vivió sin ganas,
Quien no tiene memoria necesita cicatrices. Quien no tiene historia necesita tatuajes.
A lo mejor es bueno crearse una rutina de romper la rutina diaria y marearse en la noria. A lo mejor tenemos que ser fuertes
Antes de empezar, vigila tus deseos: hay que ser digno.
Mientras tanto la gente intenta descubrir una forma de cubrir su carne desnuda que no se diluya
No soy ningún –ista ni practico ningún –ismo: sólo soy un artista que piensa por sí mismo.
El mundo es infinitamente complejo… hay infinitos matices entre el bien y el mal, así como infinitos tonos entre el blanco y el negro.
No te preocupes, deja que la vida ocurra como ocurre la vida misma: orgánicamente.
Caído una vez, levantado otra vez más: así es la vida.
¿Qué se supone que debe uno pensar si cuesta más leer y aprender de los fallos de los demás que beber y cometer los propios?
Del maestro más mordaz, siempre somos aprendiz: las lecciones vitales siempre dejan cicatriz.
La vida, qué ironía tan bella, termina siendo lo que pensamos de ella.
Todos los días sonrío, o es que no lo ves: unos días al derecho, otros al revés.